Rezar siendo atea.
Y soñar con una condición en que la eternidad no sea sueño. La libertad, un hecho. La felicidad, el más dulce licor a disposición de todos los mortales. Las lágrimas, una costumbre. El cielo, un pedacito de mar. La perfidia, un pecado capital. Los pecados capitales, algo ilegal. Y lo ilegal, algo inexistente, increíble, inimaginable. Juntas proclamaremos: ¡Anarquía! ¡Libertad!
Y soñar con una condición en que sueñe que sueño. Y soñar que al despertar derrocamos el sistema capital. Viviendo en un sueño, soñando que vivimos.
Y soñar con una condición en que sueñe que sueño. Y soñar que al despertar derrocamos el sistema capital. Viviendo en un sueño, soñando que vivimos.
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