Creer no basta.
Se acabó.
Sin excusas.
Ni explicaciones.
Ni razones.
La lógica lo mató.
Y ya está.
Desde aquel día me declaro atea.
Y anarquista.
Sin excusas.
Ni explicaciones.
Ni razones.
La lógica lo mató.
Y ya está.
Desde aquel día me declaro atea.
Y anarquista.
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