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Mostrando entradas de mayo, 2012

Donde acabe tu espalda.

El sol no baña esta tarde mi piel, pero yo estoy que ardo. La nieve no entierra hoy mis pies, pero aún siento tus escalofríos.                    Donde acabe tu espalda, donde nazcan tus rizos, donde se arruguen las comisuras de tu boca, donde se encienda la luz que te ilumina.                        Amor, tú que tienes luz dime la mía. Tanto dolor se agrupa en mi costado por saber que los sueños, sueños son y que no puedo ofrecerte mis mejillas como quien pierde un tesoro.                   Donde residan tus cicatrices, donde se atragante tu saliva, donde se arruguen tus manos. Donde sea. Allí quiero estar.

Est-ce qu'il a des nouvelles dans votre vie?

When you try your best, but you don't succeed Creí que no se me acabarían las palabras. Que la copa de inspiración no llegaría a ser completamente bebida. When you get what you want, but not what you need No importa cuán enorme sea la necesidad. When you feel so tired, but you can't sleep Insomnio. Stuck in reverse Estancada. Melancólica del pasado.Siempre. And the tears come streaming down your face Porque el rímel surca mi rostro tan a menudo... When you lose something you can't replace No reemplazarle, recuperarle. When you love someone, but it goes to waste Y ya no hay nada que hacer. Could it be worse? No, por supuesto que no. Lights will guide you home Donde quiera que esté el hogar. And ignite your bones Terrible y eternamente entumecida. And I will try to fix you ¿Me lo prometes? And high up above or down below Vivir escalando. Ser una montaña rusa de emociones. When you're too in love to let it go Bendito sea el sitio en que se en...

Quién te ha visto y quién te ve y sombra de lo que eras.

Robole el título a mi amadísimo Miguel Hernández. No es la primera vez, ni será la última. Es tanto y tan grande el amor que por él siento, la admiración que me despierta que no puedo evitar mencionarle. Traía una bonita historia sobre bolsillos que fue a parar a otro sitio, pero por aquí rondando queda, en esta enorme telaraña virtual. Hoy no vengo a desesperarme ni a rogar su vuelta ni a morirme de amor. Hoy vengo porque traía una historia, pero los pajaritos cantan y ninguna vieja se levanta. Ni creo que vaya a llover. Y debería estudiar. Pero ni quiero ni puedo ni pienso hacerlo. Empiezo a abusar de las coordinadas copulativas mediante el nexo "ni". Pero es que, ¡joder!, le echo de menos. Aunque no quiero echar a perder esto. Los pájaros. Son maravillosos, en su mayoría, en dos cosillas que me gustaría controlar: saben volar y cantar. ¿Qué más podría desear? Así con todo, padezco ornitofobia. Soy la contradicción personificada. Y jactome de ello porque, otra vez, le e...

Epístola al amado que sí sé que amo.

Puedo escribir los versos más mojados esta noche. Y tener que parafrasear a Adele porque pudimos tenerlo todo. No andaré con tribulaciones ni dando rodeos ahora puedo afirmar que te echo de menos.                     Puedo escribir los versos más mojados esta noche. Que las lágrimas caigan sobre el papel y que la tinta se corra y que el vaso deje un círculo húmedo en la mesa y que ya no haga efecto la ginebra.                           Ahora puedo afirmar con certeza. Ahora. Cuando no me queda más que suplicar. Gritar bien fuerte y esperar que el viento sea buen cartero y lleve hasta ti mis ruegos. Ansiar con todo mi ser que regreses.                                           Puedo escribir los versos más mojados esta noche. Y sería insuficiente porqu...

Vete, vete, vete, vete.

¿Cómo se destierra a un amor del alma? ¿A qué contenedor de reciclaje van los viejos amores? Os echo de menos a ti y a las catorce vueltas que me das y a tus rizos y a tus bromas y a tu sonrisa, por mí, desconocida. Os extraño de una manera brutal. Os echo de menos a ti y a tus frases sugerentes y a tu presencia en mi cronología de Twitter y a los botes que me daba el corazón pensando que el último mensaje recibido en WhatsApp era tuyo. Echaros de menos es algo inaguantable, inalterable, inadmisible, irrevocable. Es permanente. Vives en mi alma y en mi mente. ¿Creíste que te olvidaría? Pues no. Cerraste la puerta, mas yo abro la ventana de los recuerdos.

Some unholy war.

Me sitúo frente a un lienzo en blanco. No como la bandera que rehúso sacar y agitar.                                             Las botas militares sucias , embarradas y ensangrentadas, fijas , posadas sobre un territorio de dudosa pertenencia y allanando el sitio, y dubitativas, culpables, tristes, silenciosas, cansadas, desanudadas, quemadas, despellejadas, moribundas. Humanizadas. Son botas, pero es su cuerpo el que yace ausente junto a ellas. El cuerpo de mi contrincante y aliado. De mi enemigo y mi amado. De mi rendido soldado. Una batalla mal estructurada. Dos no luchan si uno no quiere. El sol se pone en el horizonte. Llega el fin, pero habría tiempo de otro misil. Habría si no hubiese él sacado la bandera blanca aunque yo seguía empuñando la daga. Es conocida como la guerra del amor desesperanzado. Supongo que hay batallas que están destinadas a fracasar. ...

Traviesa travesía.

La sátira sobre los tres viajeros , d el siete de diciembre de dos mil once. [Antes de nada he de mencionar lo muy feliz que me estoy por un amigo cuyo cumpleaños he podido celebrar hoy, por primera vez, en el cole.] Se acaba de marchar una de ellos. Una mujer de pelo corto anaranjado. No podría decir con certeza desde cuándo estaba ahí, solo sé que ni un solo segundo apartó la vista de su gran libro. La otra mujer se montó en la segunda estación. Lo primero que me llamó la atención fue su ropa. Pantalones pirata blancos con pantys grises debajo y manoletinas negras. Un jersey también azabache y un bolso marrón con complementos dorados. No me gusta mucho. Como diría mi madre: a ella le faltan algunos caramelos en el tarro. Amo esa expresión, jamás tuve un bote de caramelos. Temblequetea su boca de finos labios. Pelo corto a duras penas liso, blanco, casi como el pantalón de lino. Me da cierto repelús. Y él, ¡qué decir de él! Consumido por el vitiligo. ¿Mucho estrés? ¿Preocup...