Vete, vete, vete, vete.
¿Cómo se destierra a un amor del alma?
¿A qué contenedor de reciclaje van los viejos amores?
Os echo de menos a ti y a las catorce vueltas que me das y a tus rizos y a tus bromas y a tu sonrisa, por mí, desconocida. Os extraño de una manera brutal.
Os echo de menos a ti y a tus frases sugerentes y a tu presencia en mi cronología de Twitter y a los botes que me daba el corazón pensando que el último mensaje recibido en WhatsApp era tuyo.
Echaros de menos es algo inaguantable, inalterable, inadmisible, irrevocable. Es permanente. Vives en mi alma y en mi mente. ¿Creíste que te olvidaría? Pues no. Cerraste la puerta, mas yo abro la ventana de los recuerdos.
¿A qué contenedor de reciclaje van los viejos amores?
Os echo de menos a ti y a las catorce vueltas que me das y a tus rizos y a tus bromas y a tu sonrisa, por mí, desconocida. Os extraño de una manera brutal.
Os echo de menos a ti y a tus frases sugerentes y a tu presencia en mi cronología de Twitter y a los botes que me daba el corazón pensando que el último mensaje recibido en WhatsApp era tuyo.
Echaros de menos es algo inaguantable, inalterable, inadmisible, irrevocable. Es permanente. Vives en mi alma y en mi mente. ¿Creíste que te olvidaría? Pues no. Cerraste la puerta, mas yo abro la ventana de los recuerdos.
Comentarios