Alejandría.
Érase una vez una niña que soñaba con crear. No deseaba ser ni Dios ni arquitecto, simplemente quería crear. Y así tomó lápiz y papel y, dado que poseía una fábrica de inspiración, en poco tiempo fundó su paraíso: Alejandría.
Contando con la suerte del principiante, alredundante principio fue todo genial. Una época maravillosa. Pero llegó la sequía y ella renunció a la alcaldía.
Soy optimista pues renuncié al vino, pero conservo la copa.
Igualmente seguía pasándose por su reino de vez en cuando. hasta que un día se quedó a pasar la noche. Pero la imagen de su pueblo parcialmente destruido la obligó a abandonar el lugar.
Soy optimista pues renuncié al vino, pero conservo la copa.
Aún así volvió a su hogar a pasar efímeras noches, volviendo a casa con los primeros rayos del astro rey. Una y otra vez. Los períodos de tiempo entre regreso y regreso fueron empequeñeciendo. terminó instalándose en su hogar verdadero.
Donde hubo fuego, cenizas quedan.
Es la reina, claro está, nunca pudo ser reemplazada.
Contando con la suerte del principiante, al
Soy optimista pues renuncié al vino, pero conservo la copa.
Igualmente seguía pasándose por su reino de vez en cuando. hasta que un día se quedó a pasar la noche. Pero la imagen de su pueblo parcialmente destruido la obligó a abandonar el lugar.
Soy optimista pues renuncié al vino, pero conservo la copa.
Aún así volvió a su hogar a pasar efímeras noches, volviendo a casa con los primeros rayos del astro rey. Una y otra vez. Los períodos de tiempo entre regreso y regreso fueron empequeñeciendo. terminó instalándose en su hogar verdadero.
Donde hubo fuego, cenizas quedan.
Es la reina, claro está, nunca pudo ser reemplazada.
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