Gracias, tocayo.
Cerré los ojos. Me entregué a Morfeo. Dormí. Soñé. Me desperté. Volví a caer dormida. Volví a soñar. Día siguiente.
Hay movimiento en casa. Mi madre me grita para que me despierte. Seguramente es un poquillo tarde. Y hoy toca entregarse plenamente a los verbos en latín. ¿Quién me mandaría a mí...?
Me levanto súbitamente. Abro la persiana lentamente. Ese es el verdadero concepto de equilibrio. Un precioso día espera mi sonrisa. El sol luce radiante. Poco importaría que no brillara en todo su esplendor, porque tras un lloroso día, cualquier estrellita vale para hacerme brillar a mi también.
Abro la ventana y asomo la nariz. ¡Oh, qué delicioso aroma! Esencia de novedad. Un nuevo día amaneció, carente del más mínimo rastro de nimbos. Una nueva persona despertó, carente de ineptos pensamientos sobre inutilidades realidades.
Ya no llueve, pero llovió.
Ya no llueve y eso me place.
Ya no llueve, pero lloverá.
Y yo estaré ahí, con mi pequeño y endeble paragüitas y mis vestimentas mojadas. Los pies fríos esperando que algún tipo de transporte me recoja y me lleve a algún lugar mejor.
"Nadie podrá decir que un nido calentito y dichoso dará de sí muy grandes personas. La inadaptación a lo imperfecto es lo que mejora al hombre." (Antonio Gala)
Hay movimiento en casa. Mi madre me grita para que me despierte. Seguramente es un poquillo tarde. Y hoy toca entregarse plenamente a los verbos en latín. ¿Quién me mandaría a mí...?
Me levanto súbitamente. Abro la persiana lentamente. Ese es el verdadero concepto de equilibrio. Un precioso día espera mi sonrisa. El sol luce radiante. Poco importaría que no brillara en todo su esplendor, porque tras un lloroso día, cualquier estrellita vale para hacerme brillar a mi también.
Abro la ventana y asomo la nariz. ¡Oh, qué delicioso aroma! Esencia de novedad. Un nuevo día amaneció, carente del más mínimo rastro de nimbos. Una nueva persona despertó, carente de ineptos pensamientos sobre inutilidades realidades.
Ya no llueve, pero llovió.
Ya no llueve y eso me place.
Ya no llueve, pero lloverá.
Y yo estaré ahí, con mi pequeño y endeble paragüitas y mis vestimentas mojadas. Los pies fríos esperando que algún tipo de transporte me recoja y me lleve a algún lugar mejor.
"Nadie podrá decir que un nido calentito y dichoso dará de sí muy grandes personas. La inadaptación a lo imperfecto es lo que mejora al hombre." (Antonio Gala)
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