Oh, me!

I can't see the end of me
My whole expanse I cannot see
I formulate infinity
Stored deep inside me...
                                                             
Corrompida por la imposibilidad de verse en su totalidad. Rastreándose, acurrucada en la cama, mirándose, tocándose, investigándose, intentando sentirse. Estrepitoso fracaso en medio del furioso silencio.
Padeciendo angustia existencial, preguntándose cuáles serán las dimensiones aproximadas de su realidad.
Sulfurada, con la respiración agitada, el corazón saliéndosele del puño, el alma atravesándola como una afilada espada, las palabras comprimiendo su cabeza, los órganos en la taza del váter.
Y nada. La nada absoluta absorbiéndola. No hay fin, pero ¿habrá comienzo? Así comienza una nueva búsqueda, consumida por un dolor de pecho que no se estudia mediante un electrocardiograma, que no entendería el mejor de los cardiocirujanos, que no se cura, que no se manifiesta mediante infartos.
Porque nada. No hay nada.
         
I can see nothing. Neither the end, nor the beginning of me
My whole expanse, if I ever had expanse, I cannot see
I formulate nothingness
Stored deep somewhere else...
         
Un dolor de pecho de esos imaginarios. Como la vida misma...

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