No lo dejaré pasar.

Gracias por ser quien fuiste. Por hacerme reír, por hacerme llorar. Por escuchar mi risa pueril y por recoger en una botellita mis lágrimas.
Celestina griega.
Sí, lo prometo. La amistad es como una boda más. "Yo te amaré hasta que..." proseguido de un eterno sinfín de juramentos. ¿Cuántas personas llegan a la tumba sin pecar? ¡Oh! El juego de los intercambios de amor-odio.
No, me niego. Hay ojitos que se quedan grabados en la mente. Y pasa el tiempo. La gente tiene carencias mentales en la sección de memoria. Pero es que son verdes, joder. Así que no, no los olvidaré.

No tengo hambre. Como por comer. No estoy aburrida. Juego por jugar. No tengo ganas de morir. Me corto por cortar. No tengo inspiración. Escribo por escribir. No tengo basurilla en los ojos. Lloro por llorar. No tengo sed. Bebo por beber. No te amo. Me rayo por rayar. No estoy sucia. Me baño por bañarme.

Es la vida. No sé qué significa sufrir. Porque en mi cabecita imagino constantemente hechos. Creo mi propia realidad. Soy demasiado imaginativa quizá. O imaginaria. No sé dónde estoy escribiendo ahora mismo. No tengo consciencia. Ni conciencia. Sé que mientras leas estas palabras te voy a lastimar. Y no lo pienso evitar.
Porque sí, está atras. Por eso lo denominamos pasado. Pero, aunque no florecerá nunca más, la clepsidra conserva una de las más bonitas flores que numás pude avistar.

Comentarios