Entradas

Mostrando entradas de 2014

Con "J" de gato noctámbulo.

"Nunca recibimos lo que esperamos cuando compartimos lo que nos enamora." Él era un genio hijo de puta, más enamorado de la sensación de enamorarse que de sus enamoradas. Vivía en un enjambre de palabras en castellano que los españoles ya no usan. Soñaba con alimentarse de amor en formato de ambrosía femenina. Con un miembro dentro, otro sujetando el papel y un tercero desplazando cualquiera fuese su herramienta para dibujar círculos y rayas (con algún punto sobre alguna i ) que creaban cadenas de letras esclavas de unos sentimientos que ni quienes los invocaban podían reconocer.

Amainar.

Soy bonita tras llorar lágrimas de desamor. Mis cejas parecen más negras, las pestañas se me amplían, los ojos se me aclaran alejándose de la Coca-Cola y acercándose al café, se me sonroja el filtro y mis labios se tornan casi fucsias.

"Desmayarse, atreverse, estar furioso [...]"

Si no me falla la memoria,  l a primera vez que me desmayé tenía 11 años. Eran las 7 largas de la mañana y aún no había desayunado. Mi madre me estaba cepillando el pelo desde detrás y sucumbí. Debió ser una sensación interesante el estar repasando los mechones y, al llegar a las puntas, pensar por una milésima de segundo que has tirado muy fuerte y por ello tu hija se ha inclinado más de la cuenta. Pero no me estaba inclinando, me estaba cayendo. Inmediatamente me tumbó en la cama y cuando fue a la cocina a buscarme algo muy azucarado que me subiese la bipolar tensión encontró a mi padre en el suelo teniendo una hipoglucemia y a mi hermano, que contaba en ese momento con 8 años, llorando desconsolado. La segunda vez fue también en casa. La historia se repite y mi madre estaba depilándome cuando los píxeles nublaron mi visión y, antes de caer, me senté en un banquito con la cabeza entre las piernas para que me subiese un poco de sangre en la cabeza. Mi padre me preparó unas mini-...

No es plata todo lo que reluce.

En casa de herrero, efectivamente, se toma la sopa con cuchara de palo y se cortan los filetes de vacuno con cuchillo del mismo material arbóreo. Mas la casa de su hijo brilla metálicamente. Erráticamente se trasladan ciertas manías, tradiciones y síndromes.

Alas.

Mariposa bumerán. Vuela, vuela. Viene con frecuencia y, a veces, también se va.

Unidos mediante pegamento clásica y obviamente humano.

Cuando uña y carne se separan, duele. Reflejo nervioso clásica y obviamente humano. A veces es un dolor psicológico experimentado tras ver el hueco que ha dejado el trozo de piel ausente, otras, es meramente ardiente y real. Se dice de algunas personas que son como uña y carne. Hay cortaúñas y alicates que se encargan de matizar ambos aspectos, existen los esmaltes que dan ese toque decorativo y la posibilidad de formarse en el cuidado de las puntas de los dedos.  Nadie dice de dos personas que son como uña y carne separadas , aunque la expresión abarcaría un rango de emociones mucho más amplio que la tradicional. Nadie dice nada porque, perdidos en una espiral de incoherencias gramaticales y socioculturales, hemos llegado a apalancarnos en un divorcio carnal del que difícilmente podremos recuperarnos. Se está extinguiendo el pegamento humano mediante el que las pestañas permanecen sujetadas a los párpados, diciendo adiós a escenas cotidianas, mediante el que los vellos se eriza...

Que comensal hace referencia a que tengan mesa y no a que coman sal.

Y otros misterios que aún no he sido capaz de desvelar por mi terrible bloqueo literario.

Equipos de karaoke portátiles.

Lo había olvidado. Estoy empezando el segundo texto en mi nuevo proyecto de escritura y ya he cometido un atroz fallo. Siempre, perdón, SIEMPRE me quejo cuando alguien usa letra Calibri 11. Todos somos —algunos más que otros— hipócritas. Todos somos un poco de todo, de hecho. Leí, aunque nunca comprobé si es cierto, que Da Vinci afirmaba que todos somos bisexuales. Para mí tiene sentido. Probablemente sea porque yo creo que en los sentimientos, en el amar a alguien tenga pene o vagina. Tengo diecinueve años y una sola pareja, hombre, así que no puedo afirmarlo certeramente. Pero he estado muy enamorada de dos mujeres en potencia y nunca me paró el hecho de que no tuviesen un órgano con que rellenarme. Error arreglado. HP Simplified 10. Cuando hago trabajos individuales para la universidad es la fuente que uso, aunque en tamaño 11. Ahora mismo sencillamente estoy más cómoda con el tamaño 10. En cambio, cuando hago trabajos grupales —dado que soy yo quien normalmente se come ...

El porqué de la no utilización de champú para el lavado de las cejas.

Actualmente estoy leyendo un libro de Luis Piedrahita, el nombre es algo así como ¿Cada cuánto hay que echar a lavar un pijama? No me acuerdo exactamente. Aunque probablemente haya acertado. Prometo que no he mirado. Desde hace bastantes años hablo conmigo misma. Y sostengo firmemente que es sano. Últimamente es tendencia numerar las cosas que hago. Previamente no hago la cuenta, pero me da una seguridad matemática que pocas veces he tenido en mi vida. Lo dice una chica que nunca aprobó la asignatura en cuarto de E.S.O. Y sí, aquí estoy, cursando mi segundo año de bachillerato. Me ocurre a veces, mientras realizo acciones automáticas como lavarme los dientes, que me vienen frases a la cabeza que nunca he mencionado. Las tomo como citas de antiguas vidas. Las más extrañas combinaciones de palabras aparecen ahí, como tomadas de un libro que está en mi estantería por leer. De todas maneras, estoy leyendo a Piedrahita, en general, me está gustando bastante el libro. Por primera vez...

Cara.

Buenas tardes, mi amor. Hace un par de días que no puedo dejar de pensar en ti, en lo que fuiste durante veinticuatro horas y en lo que podrías haber sido. Un regalo del destino  — el segundo mejor de mi corta vida —,  el pegamento que uniese nuestros corazones, el motivo de un dolor de cabeza en la lucha por el nombre, lágrimas felices y sonrisas tristes. Fuiste poco y eres tanto. Te escribí una primera misiva fallida que aquí intento retomar con mucha fuerza. Siento la profunda y dolorosa necesidad de hablarte, pero no encuentro las palabras. Ni siquiera sé por qué las busco con este ahínco característico mío cuando sé que jamás las escucharás, mi angelita. No espero que me perdones, cometí un error fatal. No el de darte muerte, querida, sino el de afirmar lo no comprobado previamente. Hay que estar en la situación para saber cómo serás-estarás en la situación , se ha convertido en mi nuevo eslogan. Pocas cosas tengo tan claras como mi postura ante ciertas cosas . O ten...