Gala, mi nombre es Gala.
Como si fuera algo gastable, se le acaba lentamente el amor. No se entrega. Es un perfecto, imperfecto, humano. Al fin demuestra su egoísmo.
Ya no llueve, huele a verano. Lo echo de menos cuando no está y cuando llega quiero que se vaya.
En ocasiones me introduzco en otros mundos. Mundos que no me pertenecen. Me encuentro a gusto, pero sé que no es mi mundo; y eso me incomoda. Bastante.
Aquí estoy, a punto de introducirme en otra fantasía masoquista. En la parada, sentada, meditabunda, solitaria.
—¿Qué haces, Gala? —me pregunta un ente unidimensional que pasa a mi lado. Con asombro y expectación. Sé que le da igual la respuesta. Preguntando por preguntar. Asegurándose el no olvidar cómo hablar.
Un segundo... ¿Cómo sabía mi nombre? Final inconcluso.
Ya no llueve, huele a verano. Lo echo de menos cuando no está y cuando llega quiero que se vaya.
En ocasiones me introduzco en otros mundos. Mundos que no me pertenecen. Me encuentro a gusto, pero sé que no es mi mundo; y eso me incomoda. Bastante.
Aquí estoy, a punto de introducirme en otra fantasía masoquista. En la parada, sentada, meditabunda, solitaria.
—¿Qué haces, Gala? —me pregunta un ente unidimensional que pasa a mi lado. Con asombro y expectación. Sé que le da igual la respuesta. Preguntando por preguntar. Asegurándose el no olvidar cómo hablar.
—Espero al autobús que me llevará a Paradise City.
El ente saca un arma que, para mi sorpresa, me resulta indiferente y dispara a una rosa de efímera existencia. El verano empezaba a darle vida. La ha matado, ¡pobrecilla! Pero yo también soy egoísta, el hecho acaecido no me conmueve. No siento pena. No podría darle, sinceramente, mi más sentido pésame a la Naturaleza, su madre.
Enfunda el arma y se marcha. El tiempo pasa. Los servicios públicos se retrasan. Eso me altera. Se enciende una bombillita: buscando el lado positivo... Sol y lagartijas. Así que, como en el banco no hay nadie sentado, me tumbo boca abajo y el sol penetra mis poros agresivamente. Piel violada. Las manitas sujetando mi cara. Sonrisa. Así es la vida. Vuelvo a sonreír. C'est la vie.
Un segundo... ¿Cómo sabía mi nombre? Final inconcluso.
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