Flor de Pascua.

Es como tener apetito o sed,
frío o calor,
un antojo, una adicción.
Necesito algunas respuestas.

Necesito respuestas. Sé dónde buscarlas, es decir, sé dónde te encuentras. Pero hallo un muro inescrutable que me priva de tu compañía. Sé, pero no sé.
¿Quién eres? No lo sé. ¿Quién fuiste? No lo sé. Y así Prometeo se enfrenta a su (no por elección propia) ignorante madre. Así nos enfrentamos.
Me pregunto de dónde salían tales maravillosas palabras, no seré humilde, añoro escribir de la manera en que están escritas esas cien obras, aproximadamente. ¿Era la comida o la bebida? ¿Era la situación? ¿Era “un” alguien? Adicción. No había día en que no escribiera. Estoy empezando a frustrarme. Nada sale como a mí me gustaría. Y vuelvo a mayo, me hago la víctima. Pero ese papel me queda ya demasiado pequeño. Oh Zeus, me rindo...

Comentarios