Soy una perdedora.

Puño, pulgar, gesto de paz o uve o conejito, gesto de rock. Una serie que mis dedos repiten una y otra vez. Manita bailarina.
Soy una pringada en mi mundillo. Puaj, estamos en plenas fiestas, se supone pues que debiera derrochar alegría no sólo por mi hermosa sonrisa sino también por el bolígrafo. Toy perdía. Otra jodida crisis se avecina. Ahora abre esa boquita hermosa y dime:
—Qué quejica eres.
—¿Me lo dices o me lo cuentas? —le contesto irónicamente.
Porque mientras personas más talentosas que yo realmente tienen problemas de comunicación con sus musas, yo me quejo de estar desinspirada mientras paradójicamente escribo esto...

Comentarios