Rien.

Está abatida. Y nada ayuda. No hay esperanza. Sólo un trágico vivir para la joven drama queen. Resignada a los decretos del hado. Ídem: nada ayuda.
·Ni hacer un bizcocho o unas magdalenas.
·Ni soñar con el verano.
·Ni escuchar esa canción que te desinhibe.
·Ni tener planificado el beso.
·Ni conseguir ignorar a esos gilipollas.
·Ni ná de ná.
No creo en la suerte, ni en lo divino, ni en el amor. Solamente... Solamente, ¿qué? ¿Dinero? Bah... Cada segundo me roba un mililitro de fe. Esa "cosa" que cada vez se vende menos en el súper.

A las ocho y media estoy exhausta.
No me cargues más la espalda pidiéndome algo imposible.

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