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Mostrando entradas de julio, 2012

Resignada a los decretos de Gabriel.

A estas alturas es ya  complicao . Qué digo, complicao , es peor que complicao , es estúpidamente sencillo. ¿Dónde se quedó mi cola de cerdo?

Me enamoré de una stripper.

Mi chica del tren.   Bonita, pueril, exultante.   Llevaba unos pantaloncitos terrible pero alegremente cortos, asomaban por ellos sus braguitas verde guerra de encaje. No dejaba de subírselos para enseñar las nalgas, no dejaba de bajarse las braguitas. ¡Y qué piernas! Tersas, pálidas, suaves, infinitas.   Los zapatos no me gustaban, eran muy de los setenta. Horteras. Sencillamente negros con un poquito de plataforma. No necesitaba tacón.   La camiseta era de niña pequeñita, como ella. Turquesa, con flores en el pecho. De mangas cortas, cubriendo escasamente el comienzo de sus bracitos.   Y su cara...   Su cara de niña cansada y nerviosa. Con ganas de llegar ya a su parada.   Tenía el pelo rubio, teñido. No me gustaba el color, pero a ella le quedaba bien. Una coleta y un flequillito que le tapaba la mitad de la frente. Mal cortado, probablemente por ella en su afán de auto-estilista.   Los ojos azules. Sólo acepto los ojos azules de mi C...

Desahucio.

A menudo me acompañan en el almuerzo noticias desgarradoras. Noticias asombrosas y dolorosas. Asombrosamente dolorosas. Destructoras. Abreojos. Despertadoras. Sobrecogedoras. Le atoran a una la garganta. Algunas de ellas son sobre desahucios. No me gustan. No me gustan las noticias en general, jamás cuentan la verdad (si acaso existe); pero detesto las noticias de desahucios. Sin embargo, voy a ser egoísta y afirmar que a ntier me despertó el peor de los desahucios. Desahuciada de su corazón. Fue como te quiero, pero no te quiero. (Pero sin el como .) Como los niños de Morelia, arrancados de su cálido, amado, confortable hogar. Porque, al fin y al cabo, el corazón del hombre que ama es como un hogar. ¿No? Resignada a los decretos del amado. ¿Qué otra opción contemplar sino?

Botón y raya.

No conozco mucho a los Red Hot Chili Peppers (no tanto como me gustaría), pero una de mis canciones favoritas ha sido siempre Tell me baby , destacando una línea que lleva en mi cabeza toda la tarde. You are so lovely, are you lonely? Probablemente porque sé que si alguien me preguntase contestaría que sí, estoy sola.  Probablemente porque sé que mi loveliness está más que oculta por complicaciones, desdeño, capricho y tantos otros defectos y porque me haría una irrisoria ilusión que alguien supiese de ella.     Es cuando sólo se atreven a bañarse los osados cuando entro yo en el mar. Las olas rompen a mis pies, salpicándome las piernas. Me salvo de rodillas para arriba. Y el viento virulento me flagela. Es un dolor maravilloso. Mil y un veces preferible al causado por terceros. Dolor de mami Natura y de mí misma. Son los únicos legitimados en Plutón. ¿Por quién? Por mí, por supuesto.     Y a esto lo llamaré "ficticia felicidad". Del cuento se vive, ¿no?