Hablando con la pared.

—Perdone señorita, ¿sabría usted decirme qué se siente cuando no se siente nada?
—Oh, se gira y ve a la hermosísima muchacha mirándola curiosamente lo siento, joven, pero no entiendo muy bien el argumento de la susodicha cuestión.
Pues es tan simple como preguntarse qué sentiría usted si dejase de sentir algo, algo que jamás, dentro de lo normal, debería dejar de sentir, por alguien, alguien por quien nunca, dentro de lo normal, debería dejar de sentir.
Siento muchísimo no poder ayudarla joven.
Y yo siento muchísimo que nadie pueda ayudarme. ¿Qué se le va a hacer? Un placer hablar con usted.

Comentarios