NMM, NMT, NRMA
Llueve. Llueve en mi cara. Llueve en la calle. Llueve en Japón. Llueve en algunas casas. Pero, irremediablemente, llueve. Y nada ni nadie puede ser paraguas. Esa decepción que me corroe no sanará. Lo material muere. Es no-posible parar a la madre Naturaleza. Y a ellas, ¿quién las arreglará? Sigo detestando a los cretinos que obligan a las nubes a llorar. Puedo ponerme un abrigo, un chaquetón de esos gorditos, sonreír y decir que nada va mal. Pero no por eso va a parar de llorar. Ni voy a parar de llover. [I told you that I was trouble!] No, ¿¡quién lo podría evitar!? Hermano Epicuro, acude a mi cuerpo y hazme entrar en razón. Me debo a mí. Y a mis obras de febrero o por ahí. "No conozco o, mejor dicho, no quiero conocer más amor que el propio". Si ni nos miramos, ni nos hablamos ni respiramos el aire de la otra, ¡mejor! Mamá insiste en repetírmelo desde que tengo uso de razón y soy consciente de él: hay que juntarse con las personas que te suman, no con las que te restan. ...