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Poco puedo daros, pero quisiera leeros algo.
Romeo Capuleto dijo, "lo que llamamos rosa, con cualquier otro nombre tendría el mismo perfume". Justamente de eso trata esta curiosa etapa. Permutar los componentes de la flor sin alterar jamás su esencia.
Palabra clave, metamorfosis. Empezamos siendo insignifcantes gusanos que hasta este pasado quince de septiembre se arrastraron. Poco importa el pasado, porque tras este embrollo, habremos creado un espléndido capullo en que gestarnos hasta saber batir las alas. Una misión: lograr la evolución.
Hemos pasado juntos nueve meses. Treinta y seis semanas llenas de lecciones, sonrisas y lágrimas, oraciones y súplicas, exámenes, ilusiones, dudas y cuestiones. Todo bajo el más objetivo de los ojos, un destino que día a día hemos escrito.
Y este veintitrés de junio lo tiraremos todo por la borda. Con nuestras nuevas personalidades, creeremos olvidar este curso, y perder de vista nuestro propósito final. Aunque, si hay algo inalterable, es nuestra identidad. Pequeños insectos, versátiles tal flores bailarinas al son del viento. Viajeros, extensores de la libertad. Cazatesoros, buscando el progreso. Indefinidamente, maniquíes de la bipolaridad. Sea como sea, si hay algo que no puedo realmente reprimir, es deciros cuanto os quiero.
Romeo Capuleto dijo, "lo que llamamos rosa, con cualquier otro nombre tendría el mismo perfume". Justamente de eso trata esta curiosa etapa. Permutar los componentes de la flor sin alterar jamás su esencia.
Palabra clave, metamorfosis. Empezamos siendo insignifcantes gusanos que hasta este pasado quince de septiembre se arrastraron. Poco importa el pasado, porque tras este embrollo, habremos creado un espléndido capullo en que gestarnos hasta saber batir las alas. Una misión: lograr la evolución.
Hemos pasado juntos nueve meses. Treinta y seis semanas llenas de lecciones, sonrisas y lágrimas, oraciones y súplicas, exámenes, ilusiones, dudas y cuestiones. Todo bajo el más objetivo de los ojos, un destino que día a día hemos escrito.
Y este veintitrés de junio lo tiraremos todo por la borda. Con nuestras nuevas personalidades, creeremos olvidar este curso, y perder de vista nuestro propósito final. Aunque, si hay algo inalterable, es nuestra identidad. Pequeños insectos, versátiles tal flores bailarinas al son del viento. Viajeros, extensores de la libertad. Cazatesoros, buscando el progreso. Indefinidamente, maniquíes de la bipolaridad. Sea como sea, si hay algo que no puedo realmente reprimir, es deciros cuanto os quiero.
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