Esa ropa que evoca nuestra última cita, las últimas palabras que nos dijimos, esas miradas que tanto guardaban, tanto escondían. Tantos movimientos que dimos intentando encontrar la postura perfecta con que encontrar la comodidad. Mas, sin buenas compañías, difícil es encontrarla. No fue ni necesario decir adiós, yo corté los hilos y vosotros no me preguntasteis por qué, simplemente hicisteis de cuenta que no nos habíamos conocido jamás. Que nunca habíamos vestido esas ropas, mirado de esa forma, dicho esas cosas, hecho esos movimientos. Muchos caminos siempre hay, vosotros elegisteis el olvido; yo, el de una vida nueva empezar.